
327 ~ Jerusalén, mi amado hogar
1
Jerusalén, mi amado hogar, anhelo en ti morar; tus calles de oro recorrer, lucientes como el sol; tu río cristalino ver, hermoso sin igual; y en sus verdes márgenes tranquilo reposar.
Coro:
¡Jerusalén! ¡Jerusalén; Jerusalén, mi amado hogar! ¡Oh, cuándo te veré!
2
Jerusalén, mi amado hogar, en ti no habrá dolor; el llanto no existirá, ni muerte, ni clamor; allí no habrá enemistad, pues reinará el amor, y solo habrá felicidad con nuestro Redentor.
3
Ansío pronto a ti llegar, mi celestial hogar; con mis amados que perdí, hallarme otra vez, y conocer a Abraham, a Eva y Adán; y contemplar el rostro de Jesús, mi Salvador.