358 ~ En el seno de mi alma
1
En el seno de mi alma una dulce quietud se difunde embargando mi ser, una calma infinita que solo podrán los amados de Dios comprender.
Coro:
Paz, paz, cuán dulce paz la que da nuestro Padre eternal; le ruego que inunden por siempre mi ser sus ondas de amor celestial.
2
¡Qué tesoro yo tengo en la paz que me dio! En el fondo de mi alma ha de estar tan seguro que nadie quitarlo podrá, mientras vea los siglos pasar.
3
Esta paz inefable consuelo me da, pues descanso tan solo en Jesús; y en peligro mi alma ya nunca estará, porque estoy inundado en su luz.
4
Alma triste, que en rudo conflicto te ves, sola y débil, tu senda al seguir, haz de Cristo tu amigo, que fiel siempre es, y su paz tú podrás recibir.